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Andy Cohen en la mañana: Las dificultades ofensivas se vuelven un obstáculo demasiado grande

Los Dolphins sorprendentemente mostraron mejorías en la defensa el domingo contra los New England Patriots, aunque ello no se vio reflejado en el marcador.

Pero retrocedieron en el aspecto ofensivo.

Parecía algo difícil de lograr luego de anotar tan solo 10 puntos en el estreno de temporada.

Pero cuando tienes 38 yardas totales y solo dos primeras oportunidades al comenzar el último cuarto, cuando eres capturado siete veces en el partido, y cuando terminas una tarde completamente para el olvido con un par de intercepciones regresadas para touchdown en el último cuarto, ¿qué puedes esperar?

Esperas una derrota por 43-0 contra los Patriots. Y eso es exactamente lo que obtuvieron.

"Uno nunca quiere pasar vergüenza en casa dos semanas seguidas", dijo el quarterback Ryan Fitzpatrick. "Pero eso es lo que pasó y debemos resolver esto".

No hay dudas de que tienen mucho para resolver.

Es cierto, los números de la ofensiva mejoraron un poco cuando el partido ya se había vuelto una paliza al final del último cuarto, y los Dolphins finalizaron con 184 yardas y 11 primeras oportunidades. Pero esto no sirve para compensar el alarmante número de errores acumulados por esta ofensiva. Pases sueltos, bloqueos flojos, desempeño irregular de los quarterbacks; todo fue sumamente decepcionante.

Hubo jugadas que resumen perfectamente los padecimientos de esta ofensiva en aprietos. Una de ellas sucedió cuando faltaban 8:57 y los Dolphins perdían 30-0. Fitzpatrick lanzó un pequeño pase de trayectoria circular al corredor Kalen Ballage, que quitó la vista justo antes de asegurar el balón. Como resultado, tuvo que hacer malabares con el ovoide y el mismo fue arrebatado en el aire por el apoyador Jamie Collins, que devolvió la intercepción 69 yardas para la anotación.

Tampoco faltó el final apropiado para todo esto. En la última jugada del partido, Collins hizo su segunda intercepción (y tercera de los Patriots en el último cuarto), y simplemente se metió por el túnel hacia los vestuarios sin mirar atrás. Ya había visto todo lo que hay para ver en una defensa de los Patriots que posiblemente esté entre las 2 o 3 mejores de la liga.

Pero eso no sirve de excusa para algunos de los errores autoprovocados de esta ofensiva de los Dolphins. Se puede entender que recién estamos en el segundo partido de la temporada, y que este equipo es por lejos el más joven de la liga. También se entiende que lleva tiempo acoplarse como equipo, especialmente con un nuevo cuerpo técnico y un nuevo sistema. Pero los pases sueltos, las intercepciones y la falta de un ataque terrestre productivo son todas cosas que deben ser remediadas inmediatamente.

Lo que este resultado no revela es que la defensa tuvo buenos momentos. Definitivamente taclearon mejor que en el estreno, y, como grupo, se desempeñaron mejor en la defensa contra el pase. Xavien Howard tuvo varias jugadas buenas en cobertura de pase, Minkah Fitzpatrick, que sustituyó al lesionado Reshad Jones, forzó y recuperó un balón suelto al final, y tanto el apoyador Vince Biegel como el tackle defensivo John Jenkins registraron una captura cada uno.

Todos estos son aspectos positivos si se considera que esta defensa permitió 59 puntos y más de 600 yardas a los Ravens en el estreno de temporada. "La comunicación fue mejor", afirmó el entrenador Brian Flores.

Pero la magra producción ofensiva de los Dolphins puso demasiada presión sobre la defensa, y cuando te enfrentas a Tom Brady y Co. eso no es una buena receta para nada.

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"La defensa estuvo mucho tiempo en el campo", dijo Flores. "Hicieron un gran esfuerzo".

Pero esas dos intercepciones devueltas para touchdown, en el transcurso de dos minutos en el último cuarto, convirtieron una desventaja de 23-0 en una paliza de 37-0, y así se selló el trámite, si es que aún quedaba alguna duda del desenlace final.

Han sido dos partidos decepcionantes en varios aspectos. No hay alguien que se haya destacado positivamente del resto. Pero la temporada es más una maratón que una carrera corta, y hay que recordar que estos entrenadores están trabajando con muchos jugadores que ni siquiera estaban en el plantel durante el campamento de entrenamiento.

¿Cuál es el próximo paso para estos Dolphins? Volver a los entrenamientos, intentar corregir los problemas y esperar hallar algunas respuestas; ver si hay alguna forma de salir del estancamiento ofensivo, y a la vez, comprobar quién merece jugar y quién no.

Si es posible llegar a una especie de momento decisivo con tan solo dos partidos en la temporada, allí es exactamente donde se encuentran hoy los Dolphins.

Ya no se trata de lo que han hecho hasta hoy, sino sobre lo que harán a partir de ahora. Y eso comienza este domingo en Dallas.

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